¿Los implantes dentales osteointegrados son para toda la vida? | Clínica Dental Vilamarxant
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¿Los implantes dentales osteointegrados son para toda la vida?

¿Los implantes dentales osteointegrados son para toda la vida?

Foto: Foto: iStock.

Esta pregunta es de las más habituales que escuchamos en la consulta. Ante un tratamiento con implantes osteointegrados, los pacientes se enfrentan a una intervención quirúrgica que es además una inversión económica, por lo que es normal que duden si les merece la pena o no. Es lógico querer que un tratamiento dental dure toda la vida. Pues bien, la respuesta a esa pregunta es que, como casi todo, depende.

Los estudios sobre la longevidad de los implantes osteointegrados hablan de tasas de supervivencia cercanas al 90% al cabo de 20 años. Los comienzos de la implantología oral datan de finales de la década de 1960, y numerosos estudios con seguimiento a más de 10 años hablan de tasas de supervivencia de los implantes de más del 93-97%. Cuando hablamos de supervivencia, hacemos referencia a un implante que está integrado y permite funcionar (masticar) con normalidad y en ausencia total de dolor.

Para tener una referencia, un estudio publicado en ‘The Lancet’ estima que una prótesis total de cadera durará 25 años en el 58% de los pacientes. Es más, un número elevado de pacientes tratados mediante prótesis total articular padecen algún grado de dolor. Pese a ello, se considera que la prótesis de cadera es uno de los avances más importantes del siglo pasado en traumatología, y sin duda una gran solución para los pacientes que lo necesitan.

Se puede concluir que, en comparación y salvando las enormes diferencias entre ambos tipos de tratamientos, los implantes dentales son muy duraderos. Son pocos los tratamientos médicos protésicos que duran toda la vida con ‘éxito total’ (el implante es una prótesis en tanto que es un reemplazo de un elemento anatómico que falta). Sin embargo, sí que hay un número muy elevado de pacientes a quienes los implantes dentales les pueden durar muchas décadas.

¿De qué depende la duración?

Los factores que influyen en la duración de un tratamiento de implantes se pueden unir en tres grupos:

  • Higiene, cuidados y mantenimiento.
  • Características del paciente.
  • Plan de tratamiento y diseño de la prótesis sobre implantes (corona, puente, dentadura).

De la higiene, cuidados y mantenimiento, cabe explicar que la placa bacteriana y el tabaco son dos factores casi igual de importantes a la hora de pensar en longevidad de los implantes. Dicho de otra manera, en pacientes sanos no fumadores que acuden regularmente a sus visitas de mantenimiento y que tienen un alto nivel de higiene, lo normal es que sus implantes duren muchas décadas. Como cualquier elemento mecánico, pueden surgir necesidades de mantenimiento: igual que un coche, es esencial acudir a revisión y puesta a punto. Los implantes dentales son muy fuertes mecánicamente hablando, pero la encía a su alrededor es muy delicada y por ello es necesario cuidarla incluso más que los propios dientes. En pacientes fumadores es necesario un seguimiento cercano de posibles problemas para minimizar los riesgos, aunque no es una contraindicación absoluta colocar un implante.

Respecto a las características del paciente, es cierto que hay pacientes que ‘resisten’ mejor que otros el ataque de la placa bacteriana, otros que son tan apretadores que sus implantes pueden sufrir por este motivo, y otros que tienen una anatomía que hace difícil limpiar su dentadura sobre implantes. Algunos pacientes tienen ‘mejor hueso y encía’ que otros, y algunos tienen enfermedades sistémicas que afectan al nivel de riesgo de un tratamiento con implantes, como la diabetes, la osteoporosis, etc.

Y en relación con el anterior apartado, el dentista juega un papel primordial en la duración de los implantes en boca. No, no dura lo mismo un implante colocado sin planificación por un profesional con escasa formación que uno colocado con todos los medios posibles. Pensemos en la construcción de una casa. El paciente es el solar donde se edifica, y a veces no se sabe de antemano si su boca es la desembocadura de un torrente de tormenta o está asentada en una placa con alta actividad sísmica. Un profesional sin formación o con limitaciones colocará un implante o ‘casa’ que aguantaría bien sin riesgos de por medio, mientras que un profesional concienzudo creará una casa sólida, con materiales y diseño mejores, y adaptado a las necesidades que ese ‘arquitecto de la boca’ experimentado conoce.

Los profesionales de la salud pasan cada vez más tiempo planificando y diseñando los tratamientos ideales, para reducir los riesgos del tratamiento a corto y, sobre todo, a largo plazo. Y es que la calidad no solo reside en la cirugía en sí, sino también en el diseño de una funda, dientes, puentes, etcétera, que sean fáciles de mantener limpios, tengan en cuenta los requerimientos funcionales del paciente (pensemos en ese paciente apretador), favorezcan la integración biológica en los tejidos, y estén adecuadamente integrados en las necesidades de rehabilitación oral y facial del paciente.

El plan de tratamiento y el diseño de la prótesis son quizás los elementos más valiosos que nos puede ofrecer el cirujano de implantes, incluso más allá de su destreza manual. Son estos dos factores, que nacen de los conocimientos del dentista, formación y compromiso de entregar al paciente lo mejor de sí mismo, los que más influyen en la duración de un implante en la boca.

¿Qué hacer para que duren más?

Por suerte, el paciente puede hacer una gran diferencia en este sentido.

Antes de su tratamiento, es ideal tener la boca lo más cuidada posible, libre de inflamación en las encías (esencial) y de infecciones, acudir a sus revisiones. Y escoger un dentista que nos dé confianza y sepamos que va a hacer todo lo que esté en su mano para darnos lo mejor. ¿Por qué? Porque, a veces, lo mejor no es un implante, o puede que sea necesario hacer un tratamiento de ortodoncia para corregir la mordida y que así el futuro implante trabaje adecuadamente (y los dientes estén más protegidos), entre muchos otros escenarios. El plan de tratamiento es la mayor clave para el éxito de cualquier tratamiento médico.

Durante el tratamiento de implantes, es importante seguir las instrucciones que nos dé el cirujano, máxima higiene y, en pacientes fumadores, evitar o reducir al máximo el tabaco.

Después, quizás la etapa más importante: cuidar nuestro tratamiento en casa. Disfrutar de nuestra nueva muela o nuestra nueva sonrisa entera, y mimarla acudiendo a revisiones con nuestro dentista de confianza. Una revisión no solo consiste en comprobar la salud de las encías alrededor del implante o ver una radiografía. También es necesario comprobar la intensidad y calidad de la mordida en ese implante, ver si hay desperfectos en la prótesis, si se ha movido, ver los dientes vecinos y antagonistas (contra los que muerde ese implante), entre otros factores.

En resumen, el tratamiento con implantes osteointegrados es en muchos casos la mejor opción para mejorar la calidad de vida a través de la boca, tal y como demuestra la literatura científica. Y, por suerte, el paciente tiene mucho que hacer para mejorar y alargar la vida de sus implantes dentales: desde la elección del profesional hasta los cuidados en casa y el compromiso con el resto de su salud general. Y sí, un implante dental, en condiciones óptimas, puede durar toda la vida.

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